De regreso a la madre de todas las cosas

Author: Javier F. Noya /

Las mujeres de Goya, las conciencias y la vuelta a la energía del universo.. un texto que me han publicado en esta hermosa revista digital..http://satelitefueraderango.blogspot.com.ar/2015/11/de-regreso-la-madre-de-todas-las-cosas.html

A los que cantan la canción analfabeta (por la lucha de los pueblos originarios)

Author: Javier F. Noya /

Ellos tocaban los sueños
como un niño a su aventura de la siesta.
Tenían permiso de las estrellas
para hospedarse bajo su luz
y del sol para caminar el mundo.

Pero las verdades del verdugo...
la crueldad
del que pisa ignorante de lo pueril que es su tiempo...
¡Soberbia humana que provoca venganza!

El yerro nos distingue
de bestias y ángeles y demonios.
El yerro cegador del horizonte largo
que deja huella de mundo humano
en el aletear de las nubes
y un aire extraño ahoga,
y un terruño estéril calcina
y se hace hogar esta nueva impudicia.

Pero esta tierra maniatada,
parcelada con registros y prebendas
no parece olvidar a la auténtica poesía.

Canta entonces la voz de sus hijos
que la tranquera acusa de brutos
y de canción analfabeta.
La alambrada y el trépano
cargan las armas para resistir la marcha
que sabe ser suplicio:
los brutos recitan y riman
entre silbidos de balas, pisando incendios.

Y se abre paso la huella
en la espesura de la falacia
que lee libros piadosos
y pretende prohibirles su canto.

Todo catecismo nace
para comulgar con las monedas
comprando la fe a cambio de lo que se debe creer:
sólo es el que posee.

Pero a los que aman
se les niega el dominio de su miedo
y se les da señorío de sí mismo.

Y la lucha por la tierra
combate el artilugio del valor de la renta:
es el duelo
entre el odio y el amor,
entre la hembra fértil
y el semen de la muerte.

Y con sus cantos de bruto mineral
con su paso de pasturas peinadas por el viento
acampan en el piso del avaro
y resisten la codicia
                               para sembrar la vida.


Las doncellas de Barbazul (a propósito del film de Catherine Breillat)

Author: Javier F. Noya /


Dos niñas sufren
La muerte de su padre
La muerte del dinero
Que sostenía 
la blancura de sus bragas.

Lloran las niñas
 Frente al umbral,
Su hogar ya no se paga
Porque su padre muerto
Es la muerte del dinero.

Quedan allí, 
esperando junto al arcón 
Donde caben sus vidas
Donde cabe 
la piedad de la oración,
Donde la sintaxis de la caridad
Pierde el sujeto.

Lloran las niñas
Que caben en el arcón.

Hubieran querido
Llamarse Pandora.

Lloran las niñas
Subidas al carruaje
Junto al arcón de sus vidas.

Lloran sus pies
Que pisarán
El país de las mancebas,

Y se hizo papel

Author: Javier F. Noya /

El seis de Agosto pasado, presenté "Cuarenta", primer poemario individual en papel. Concentra algunas publicaciones de aquí, tamizadas por la insufrible corrección, y otros poemas y textos que nunca fueron publicados. Agradezco a Hernán Casabella, de la Editorial Textos Intrusos, que hizo posible esta osadía. Y debo agradecer a Daniel Ortíz por su análisis y piedad hacia mis escritos, como a Raúl Filipi, primer actor que accedió a recitar algunos. Y tuve el privilegio de contar con el Prólogo de Fabricio Simeoni, gran poeta rosarino. También agradezco a los que concurrieron al evento (debo resaltar al presencia de las blogueras Rochies y Crista Smith) y a todos los que han emitido la mejor energía. Y a ustedes, blogueros queridos, que con sus comentarios y aportes hicieron posible este atrevimiento. Y hasta es posible que puedan contar con uno, si lo desean. Los abrazo.

Indiferencia de la ceniza

Author: Javier F. Noya /

La ceniza mira
Pero nunca recoge
Porque amansa sombras
Que gimen bajo luz de luna
Gajos de espanto
Mitos de fieras
Pasos solitarios
De cazador furtivo
Que varan en mi umbral.

El dedo acusa la pared sucia
Y el hongo maligno
promete compañía.

La vereda se hunde,
La calle diagrama la deriva.

En este océano de baba
Que Buenos Aires derrama
Sin lascivia siquiera
Espasmos de amores yermos
Locuras a la intemperie
Vasos de brindis
Vidrios gruesos
Desencanto vulgar,
Se siembran con desgano,
Como un arrozal:
el agua hasta los tobillos
Y las manos recogiendo
Leyendas de amores ahogados.

La luna menguada no avisa.

El viento se escurre.

La ceniza,
mi fiel testigo,
renuncia.

MEMORIA SALIVAL DE UNA TARDE

Author: Javier F. Noya /



Astillas de lo probable
juegan a buscar un blanco.

Navegan por este océano
de pérfidas transparencias
que distraen con el ojo
lo que alimenta al tacto.

Ésta es la mano que se alza
y no la que pudo haber escrito
que antes de la tinta era tu sangre
y antes de tu sangre era delirio.

Ésta es la piel seducida
cosida
fundida
regada
secada
quemada
hundida
rasurada
abrigada
desnudada
be-sa-da,
no la que busca en lo postrer
una pizca de permanencia.

La saliva regresa
con refuerzos de palabras silenciadas
y recuerdos de
su hambre ancestral,
su caníbal placentario.


Pero
el abismo de la boca abierta
es su partida y su arribo
y lo verbos derivan
y se hacen ruido,
fluido de órganos,
desmemoria..

Se sacrifica el día,
poco exige.

Apenas una reverencia
al calor de un sol vespertino
que arderá en el fulgor de las ventanas.

Mis formas de morir
beben un poco
y descansan en paz.

A Los dueños del amor a la tierra que se les roba (dedicado a la comunidad Qom, que está siendo despojada de sus tierras)

Author: Javier F. Noya /

Ellos tocaban los sueños
como un niño a su aventura de la siesta.
Tenían permiso de las estrellas
para hospedarse bajo su luz
y del sol para caminar el mundo.

Pero las verdades del verdugo...
la crueldad
del que pisa ignorante de lo pueril que es su tiempo...
¡Soberbia humana que provoca venganza!

El yerro nos distingue
de bestias y ángeles y demonios.
El yerro cegador del horizonte largo
que deja huella de mundo humano
en el aletear de las nubes
y un aire extraño ahoga,
y un terruño estéril calcina
y se hace hogar esta nueva impudicia.

Pero esta tierra maniatada,
parcelada con registros y prebendas
no parece olvidar a la auténtica poesía.

Canta entonces la voz de sus hijos
que la tranquera acusa de brutos
y de canción analfabeta.
La alambrada y el trépano
cargan las armas para resistir la marcha
que sabe ser suplicio:
los brutos recitan y riman
entre silbidos de balas, pisando incendios.

Y se abre paso la huella
en la espesura de la falacia
que lee libros piadosos
y pretende prohibirles su canto.

Todo catecismo nace
para comulgar con las monedas
comprando la fe a cambio de lo que se debe creer:
sólo es el que posee.

Pero a los que aman
se les niega el dominio de su miedo
y se les da señorío de sí mismo.

Y la lucha por la tierra
combate el artilugio del valor de la renta:
es el duelo
entre el odio y el amor,
entre la hembra fértil
y el semen de la muerte.

Y con sus cantos de bruto mineral
con su paso de pasturas peinadas por el viento
acampan en el piso del avaro
y resisten la codicia
para sembrar la vida.